Javiera Mena: «Se habla todo el rato del productor que está detrás de mí»

Javiera Mena es cantante, compositora y productora, y probablemente una de las artistas chilenas con más proyección internacional. Tras más de una década en activo y tres álbumes en el mercado, este sábado ha pisado Barcelona para subir al escenario del Maremagnum Fest. Hemos hablado con ella sobre su carrera, sus referentes y fuentes de inspiración, y también sobre la situación de las mujeres en la producción musical y el sesgo machista de la industria y de los medios. 


Javiera Mena nos recibe a primera hora de la tarde, antes de su prueba de sonido. El sol es tan imponente que el uso de las gafas es casi obligado. Cuando aún quedan varias horas para que se abra la jornada de conciertos, el ambiente del recinto del Maremagum ya se percibe como festivo. Varios individuos, en su mayoría turistas, bailan tímidamente al son de la música electrónica mientras que la mayoría de establecimientos de comida rápida tienen casi todas las mesas exteriores ocupadas.

A lo largo de todo el fin de semana (días 19, 20 y 21 de mayo) pasarán por el escenario artistas destacados del indie y de la electrónica como Joe Crepúsculo, Delorean, Maïa Vidal, León Benavente o Mourn, entre otrxs. Javiera Mena es la gran cabeza de cartel de esta primera edición del Maremagnum Fest. La artista chilena presenta su último trabajo, Otra era, que publicó en 2014. Unos días antes había actuado en las fiestas de San Isidro de Madrid.

A las 21h y pocos minutos, horario previsto, arranca el concierto con el tema «Hasta la verdad«. Aún es de día y anochece a medida que avanza la actuación. Situada detrás de las máquinas, la puesta en escena de Javiera se parece más a la de una DJ en medio de un live que a la de una cantante. Además de su equipo de sintetizadores y demás aparatos de producción electrónica, encima del escenario la acompañan tres bailarinas y una baterista.

El espectáculo de Javiera Mena rinde homenaje al estilo retro-futurista de la Otra era, con abundantes juegos de luces y coreografías elaboradas que evocan cada uno de los temas del disco. De los momentos más vibrantes, el público acompañando la voz de Javiera en «Yo no te pido la luna» y el baile de «Espada«, con espadas láser incluidas.


P: El último trabajo que publicaste fue el álbum Otra era, en 2014. ¿Estás trabajando en algún proyecto actualmente?

R: Sí, estoy componiendo y produciendo mi disco nuevo. De hecho venía trabajando un poco en el trayecto Madrid – Barcelona, escuchando los temas, adentrándome, y ya llego a Santiago a grabar. La idea es sacar un single en lo que queda del año y el álbum, a comienzos del 2018.

P: ¿Cómo es tu proceso creativo? 

R: Mi proceso creativo parte bastante desde la computadora. Si bien a veces agarro el teclado y me pongo a componer, cada vez estoy más metida en partir directamente desde los sonidos. Los sonidos te van comunicando, también, la propia composición; parto de beats, baterías electrónicas, sintetizadores… y ahí lo voy armando todo. Lo que viene último es la letra para mí, y eso es un trabajo de casi cuando la canción la tengo terminada. Después de la melodía empiezo a meter la letra, pero la misma letra, a veces, me va diciendo otra cosa y cambio toda la canción. Pero es un proceso bien variable, que va cambiando dependiendo de la canción, dependiendo de dónde estoy…

«Es un reflejo de muchas cosas el avance de una mujer en un estudio, en una producción y en cuanto al diseño sonoro. Va de la mano de muchos otros avances de las mujeres»

P: ¿En qué te inspiras?

R: Lo que me inspira es la vida, estar aquí viva, respirando, sintiendo los sentimientos, la comunicación entre las personas, los sentimientos que te producen los pensamientos… y eso puede ser una cosa eterna, no tiene fin.

P: ¿Cómo te ha recibido el público por aquí?

R: ¡Muy bien! De habla hispana, esto es lo más lejano donde cualquier latinoamericano puede llegar. A pesar de que hablamos el mismo idioma, España está muy lejos (desde Chile son 11.000 km y mucho rato en avión) y cuando vine para acá me di cuenta de que vinimos de planetas diferentes pero compartimos una cultura base y el idioma. Me sentí muy acogida por el público, primero en Madrid, después vine a Barcelona, y también trabajo con mucha gente de acá, entonces creo que la gente también se da cuenta de eso y soy una especie de chilena pero con muchos elementos de cosas españolas, sin lugar a duda.

«Cada vez hay más chicas que se están dando cuenta de hay que barrer con este inconsciente colectivo de que una chica no puede timonear un estudio

P: Te han llegado a llamar la “anti-diva latina” acompañado de la siguiente frase: “A Javiera no le preocupa demasiado que se la pueda asociar con esas divas de la latinidad que anteponen el escotazo al estribillo”. Nos parece un poco horroroso el comentario pero, ¿crees que de alguna forma, tu imagen o tu música es rompedora dentro del panorama musical?

R: La persona que yo vengo a demostrar es una persona natural: soy yo haciendo mi música y no estoy teniendo tanto un personaje. El prototipo de diva latina es el que viene directamente a generar números, y es lo que a ustedes les llega. Obviamente hay muchas cantantes latinoamericanas, compositoras, que quizás no les llegan tanto, pero hay muchas haciendo cosas que no tienen que ver con el escotado y esas cosas a las que se referían ahí [en el artículo]. Quizás en España yo soy una de las pocas que se conocen entonces les parezco la “anti-diva” viendo a la diva que es ese tipo de diva como, no sé, Paulina Rubio, por ejemplo, que también me gusta mucho pero va por otro lado.

P: Pese a que no entras dentro del juego de la hipersexualización femenina como gancho comercial, no renuncias a jugar con tu cuerpo y con tu sexualidad. Por ejemplo, vemos que en la portada de “La otra era” apareces con el pecho descubierto, imagen que ha sido censurada en redes sociales, Spotify… ¿Había una intencionalidad detrás de esa portada de reivindicar algo?

R: Sabíamos que podía pasar, pero también teníamos ganas de generar un debate, de poner esto a conversación, porque la imagen que estábamos mostrando en la portada de Otra era no es una imagen erótica, sale una chica desnuda pero ni con una energía sexual ni nada, era una energía más de imaginarnos que yo era una estatua: este ser que imaginábamos que era de “otra era” con las gafas de Courreges. Sí que sabíamos que podía ser censurada y la pregunta que salió es como “¿por qué está siendo censurada?» o «¿Por qué se censura solamente el pezón?» Entonces dio mucho que hablar y fue muy bueno.

P: Si nos vamos a la producción musical o de videoclips, vemos que casi todo son hombres. ¿Por qué crees que sucede esto?

R: Yo creo que en todos los lugares de liderazgo siempre van a haber menos mujeres. Poco a poco está cambiando, muy lentamente. Desde que empecé en los estudios, si yo agarraba una perilla [regulador de sonido] era como “cuidado”, o gente que sabía mucho te decía “¡pero cómo!, ¡si a las chicas no les interesan los sintes!”. Creo que hay como un inconsciente colectivo de que la mujer no tenía que tocar esos lugares, y por eso a mí me daban más ganas de tocarlos, porque era como “¿por qué hay solamente chicos en un estudio?” y “¿por qué cuando yo digo que produje mi disco no se me da el mérito y se habla todo el rato del productor que está detrás de mí?”. Me topé todo el tiempo con esto y ya incluso lo veo algo normal. Y me pone muy contenta que estos temas se estén hablando un montón porque en un momento creí que iba a ser así toda la vida. Pero yo tenía que hacer algo, tenía que armar la producción porque quería ir en contra de eso y liderar una obra musical, una estrategia de sonido, esos lugares en donde hay muy, muy pocas mujeres, poquísimas… pero cada vez más.

«Esa exigencia que tenemos [las mujeres] nos hace doblemente capaces, porque quizás ese miedo que están teniendo, a la vez, es mucha sabiduría e inteligencia«

P: Hay pocos referentes femeninos que no sean solo vocalistas. Tú, además de cantar, eres compositora y productora. ¿Crees que es importante visibilizar este papel para que cambie el escenario actual?

R: Sí, yo creo que va de la mano con todo, o sea, es un reflejo de muchas cosas el avance de una mujer en un estudio, en una producción y en cuanto al diseño sonoro. Va de la mano de muchos otros avances de las mujeres. Donde más me topo es donde trabajo yo. Una vez vi una charla TED de una chica que hablaba de este tema pero en otro tipo de liderazgos, como en la informática, las ciencias… y que tiene que ver totalmente; el sonido también es una ciencia. Creo que se nos enseña desde chiquititas que no tenemos que estar ahí. A mí se me enseñó eso al menos cuando empecé a ir a los estudios pero me encontré con buenos hombres también que me animaron: “¿Te interesa?, Bien, ¡dale!”. También tuve grandes maestros hombres y lo agradezco un montón. Cada vez hay más chicas que se están dando cuenta de hay que barrer con este inconsciente colectivo de que una chica no puede timonear un estudio.

Javiera Mena

P: ¿Cuáles han sido tus referentes?

R: Bueno, la mayoría son hombres porque en el estudio te topas con hombres pero me encantaría conocer más chicas. Hace poco, una persona muy generosa con sus conocimientos fue Juan Sueiro, que es un productor que trabaja con Fangoria. Me llamó la atención lo generoso que era de entregar sabiduría, porque a veces, en los estudios, se produce una cosa como un poco de ego, de no compartir tus presets, ni decir más o menos cómo estás haciendo las cosas… Ese sería un referente fresco que tengo en la cabeza de un productor que me comparta muchas enseñanzas.

P: El sistema machista se reproduce en todas partes. ¿Qué experiencias has tenido en este sentido a nivel musical?

R: Me molestan cosas como cuando en los periodistas de música – que en su mayoría son hombres – no entra que una esté produciendo una canción. “Pero, a ver, cuéntame”, todo el rato hablando del productor que está detrás. No está tu mérito como creadora, como artista; te ven como a una cantante. Y muchos comentarios en redes sociales, machistas o misóginos encubiertos, también, no validando una mente creativa que pueda tener yo o diferentes mujeres. Me siento muy reflejada en las palabras de Bjork cuando dijo que a ella siempre le hablaban de Arca, que es con quién estaba trabajando, y todo el mundo cree que Bjork es solo una buena voz y una artista que se pone ropas raras pero no es una chica que está haciendo sus propios beats y que lleva una dirección artística muy potente en cuanto a sonido. Me siento muy reflejada en esas palabras porque me pasa todo el tiempo con los periodistas, siempre siento que las entrevistas van a quitarte peso artístico-creativo, totalmente, todo el tiempo.

«Gente que sabía mucho te decía ¡Pero cómo!, ¡Si a las chicas no les interesan los sintes!«

P: Algunos te han otorgado la etiqueta de “icono gay”. ¿Cómo te sientes con ello? ¿Te ha afectado de alguna manera en tu carrera musical el hecho de visibilizar tu orientación sexual?

R: Al menos, en Chile, nunca había habido ninguna mujer que hubiera dicho que es lesbiana. Eso generó que yo fuera tema y en mis entrevistas, el título no fuera de mi música, sino que me gustan las mujeres. En algún momento no me gustó porque era como “yo hago música, ¿por qué ponen este titular?” pero después me di cuenta: “Soy la única persona que lo he dicho, esto es muy fuerte y es una respuesta de cómo es el panorama en Chile, cómo están los medios y cómo está nuestra sociedad”. También en España aún creo que hay poca visbilidad para lo que debería ser. En mi caso, recién se está normalizando, así que fue algo que tuvo que pasar y fue como mi grano de arena. Sentí que después se me pasó la pena porque fue algo que hice para que más chicas lo dijeran y para eso se convierta alguna vez en normal y no sea el tema de las entrevistas.

«Me pasa todo el tiempo con los periodistas, siempre siento que las entrevistas van a quitarte peso artístico-creativo«

P: ¿Cuáles son tus planes de futuro?

R: Ahora, a hacer canciones nuevas. Regreso a Santiago de Chile a seguir componiendo, me llevo varias ideas de España… siempre es muy inspirador, sobretodo la música de las discotecas. Quizás en Chile no tenemos TANTAS discotecas. Aquí, esta cosa muy festiva me la llevo siempre para mis canciones, así que de lleno al verano chileno… 9 grados la máxima… a componer. (Se ríe).

Javiera Mena

P: ¿Qué les dirías a las mujeres que quieren hacer música y no se atreven a arrancar? Porque muchas veces tenemos esa cosa de “es que no soy suficientemente buena” o “es que siempre va a haber alguien mejor que yo”. ¿Nos revisamos demasiado?

R: El mensaje que les daría es que esa exigencia que tenemos nos hace doblemente capaces, porque quizás ese miedo que están teniendo, a la vez, es mucha sabiduría e inteligencia. Esa cosa de tenernos a prueba nos hace mucho más potentes y más inteligentes. Tenemos mucho que demostrar, lamentablemente, pero hay que verle el lado bueno.

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