Mujeres en la música: ¿una categoría aparte?

A menudo se genera una «sección aparte» para las mujeres en los eventos musicales, mientras seguimos invisibilizadas en el resto de espacios.

Este año estamos encontrando en varios eventos, espacios para el debate sobre la presencia de las mujeres en la música: debates, ponencias, ciclos específicos de mujeres artistas… Y sin embargo, seguimos relegadas a esta «sección aparte». Seguimos teniendo una representación ínfima en las programaciones centrales de los festivales, y también, seguimos sin tener voz en los espacios de debate en los que no se habla concretamente de mujeres. Los espacios en los que se habla de mujeres en la música son una necesidad coyuntural, dada la actual situación de desigualdad; un lugar para mover el cambio. En ningún caso pueden convertirse en la excusa para cubrir un cupo o ponerse una medalla. Necesitamos espacios de concienciación, pero no categorías aparte. Veamos algunos ejemplos recientes:

Mujeres en el DCODE LAB y su ausencia en el escenario del DCODE Festival.

El Festival DCODE propuso un espacio para reflexionar sobre la situación de las mujeres en el sector musical. Sin embargo encontramos solo un 7,5% de mujeres en su cartel de 2017*.

Aunque hace un tiempo hablábamos de un DCODE que daba espacio a la voz de las mujeres, lamentablemente, este año nos tenemos  que conformar con oír esas voces en la Universidad Complutense, dado que el escenario del festival solo vio pasar a 4 mujeres (4 grupos con presencia femenina de 18; 4 mujeres de 53 artistas si contabilizamos a todos los miembros), apenas un 7.54% del cartel.

Nos ha sorprendido mucho este porcentaje, dado que el año pasado, se destacó al festival por su elevada presencia femenina. Hemos leído artículos en los que se habla de un 30% y otros incluso que hablan de paridad, sin embargo, nuestro recuento de esta edición anterior, contabilizando a los miembros representativos de cada nombre, arroja un resultado de 19.69%.

En cualquier caso, se trata de datos por encima de la media (10%). El 38% de los grupos tenía presencia femenina y eso es un dato reseñable, siendo la brecha de género aún muy patente. Aunque son datos positivos teniendo en cuenta el panorama musical, nos ha sorprendido que se hable de paridad con estos números. Pero tampoco podemos pedir peras al olmo, y es que la situación a día de hoy tampoco hace fácil encontrarnos con programaciones más equilibradas. Por ello, de haber encontrado un cartel similar este año para el DCODE, seguro habríamos hablado de él como ejemplo a seguir para dar pasos hacia la igualdad en el sector musical. Sin embargo, el cartel de este año nos genera muchas preguntas  ¿Dónde quedó el compromiso con la presencia de artistas femeninas del año pasado? ¿Y las conclusiones de las jornadas del DCode Lab?

Pero el DCode no es un caso aislado. La generación de espacios específicos para mujeres o ciclos paralelos a la programación principal protagonizados por «la figura de la mujer» son habituales en la oferta cultural.

Metropoli Gijón: más debate sobre mujeres sin repercusión sobre el escenario

El festival Metropoli que se celebró del 30 de junio al 9 de julio en Gijón anunciaba desde su web lo siguiente:

En Metrópoli abogamos por la igualdad de género y por un principio de no discriminación por razón de sexo. Dentro de este contexto surge Metropolitanas, un espacio creado para la conversación, charlas, mesas redondas, talleres y encuentros. El día 4 de julio, nueve mujeres destacadas de distintos ámbitos que conversarán con nosotros sobre sus experiencias.

Pinta bien ¿no? Un espacio para dar voz a las mujeres y debatir sobre las discriminación y violencias que sufrimos. Una vez leemos esto, estamos deseosas de ver lo que Metropolis nos ofrece musicalmente… Y sin embargo, el panorama que encontramos al acceder a la programación de conciertos es bastante sorprendente (o no):

Recorte de la programación. Las mujeres que formaban parte del cartel eran: Leonor Watling (Marlango), Alaska (Fangoria) y Las Odio.

Según parece, en el resto de charlas del festival, tampoco se veía demasiada presencia femenina. Aquí tenéis la denuncia que lanzó en Twitter Orlando Fernandez y la respuesta desde el perfil del festival:

¿Tenemos que agradecer a Metrópolis que nos deje un «rinconcito para pensar» a las mujeres? ¿No nos llama la atención que apuesten por la no discriminación y su programación musical sea abrumadoramente masculina? ¿No sería más efectivo que en vez-o además de- de «dedicarnos un espacio» tratasen de romper la dinámica que nos impide el acceso a espacios que también deberían ser nuestros y están tradicionalmente copados por hombres?

Las mujeres hacen reggae, pero no en el escenario principal

Rototom da cabida al proyecto «Women do reggae» que se presenta como un «proyecto musical que promueve y da voz a los movimientos artísticos y mujeres del reggae«. El cartel principal del Rototom sigue rondando el 10% habitual en los festivales*.

«Women do reggae» se lanza como un proyecto de promoción y visibilización de las mujeres en el panorama del reggae nacional e internacional y la iniciativa nos parece necesaria, porque como decíamos, estamos lejos de una situación igualitaria. Este año, el proyecto se concretó en un ciclo de conciertos en Solé Rototom Beach. Sin embargo, cabría esperar que lo que ahora es una actividad paralela al festival Rototom repercuta en una mayor presencia de mujeres en futuras programaciones. Un verdadero compromiso con el reggae hecho por mujeres debe verse reflejado en la programación principal del festival y esperamos que esta iniciativa marque un antes y un después en la propuesta del Rototom.

 

 

En definitiva, no podemos seguir conformándonos con las migas que nos dejan caer desde los escenarios centrales. No podemos permitir que los programadores se queden tranquilos «dedicándonos un espacio», o creando un apartado para nosotras. Los eventos de debate son muy necesarios para crear red y conciencia, los ciclos de música hecha por mujeres son atractivos porque nos permiten descubrir músicas que difícilmente escuchamos de otra manera, acceder a otro tipo de performances, discursos… Pero si lo pensamos resulta algo perverso, que solo seamos visibles en «espacios dedicados», como si no pudiésemos competir en una liga de hombres, como si no mereciésemos ese lugar principal.

Pero vemos la luz al final del túnel…

Por suerte, no todo son malas noticias. Hay eventos musicales que están haciendo una apuesta segura y decidida por romper esas dinámicas que dificultan el acceso de las mujeres músicas a las programaciones de los festivales. Ya hablamos en su momento del Bioritme, y esta semana pasada se nos han puesto los dientes largos con las noticias que nos llegaban desde Monkey Week: 5 mujeres como cabezas de cartel, 16 bandas de mujeres y más de 40 agrupaciones con presencia femenina (Fuente: Feminista Ilustrada).

Además, dentro de el área Monkeybrain se proponían espacios de debate y reflexión como la mesa «Mujeres y Música electrónica», de la mano de Asociación MIM.

Tenemos la sensación de que este año estamos empezando a ver un cambio en la oferta musical y una concienciación sobre la invisibilización de las mujeres. Seguimos aún muy lejos de la igualdad, y por supuesto hay más factores, además del sesgo en la programación, que provocan la ausencia de mujeres en el sector musical, y que la paridad, a día de hoy, sea una utopía. Pero comenzamos a ver esfuerzos por romper la brecha de género, no solo en forma de «sección aparte», sino con carteles que demuestran que hay mujeres haciendo música de calidad.  Y de nuevo aparecerá el comentario aquel de «¿Queréis que os incluyan en la programación solo por el hecho de ser mujeres? Eso sí que es discriminación» y otra vez tendremos que repetir que no se trata de eso. Así que a ti, que estás a punto de escribir ese comentario, aquí va un poco de contexto:

Mujeres músicas, haberlas haylas.

Ojalá un día no hagamos ninguna falta

No hay mujeres en la música.

 

*Puedes acceder al recuento del Dcode, Metropoli, Rototom y otros festivales aquí.

Ale Castellano

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