Mujeres músicas, haberlas haylas

¿Qué podemos hacer para combatir la ausencia de mujeres en el sector musical?

De primeras podríamos pensar que no hay ningún motivo para que el género marque el interés por la música o la creación artística. Y sin embargo, las mujeres que hacen música no abundan, o eso nos dicen (lxs programadorxs, comisarixs, directorxs de festivales, etc.) cuando preguntamos por qué la oferta musical es abrumadoramente masculina. Las mujeres no hacemos rock (y mucho menos heavy metal), o las mujeres no formamos bandas, o las mujeres no tocamos la batería. Al menos eso parece cuando revisas los carteles de salas o festivales, o cuando vas a conciertos y alucinas con los solos del guitarrista o el virtuosismo del bajo… difícilmente será una mujer la que haga brillar el instrumento.

Pero haberlas, haylas…

Que no nos encuentran, nos dicen en los mejores casos. Que el público manda, en los peores. Las mujeres somos vocalistas. E incluso cuando producimos nuestra propia música, nadie parece darse por enterado… somos cantantes. Y ya. Así nos lo contaba Javiera Mena la semana pasada.

Hace un tiempo hablábamos de algunos motivos por los que hay menos mujeres en el mundo de la música (a saber: la falta de referentes, el sesgo machista en la industria y la falta de compromiso de las instituciones). Es difícil cambiar el panorama porque se trata de un círculo vicioso, pero hay cosas que debemos empezar a poner en marcha desde ya, con las que no podemos ceder y que no admiten discusión. El primer paso es darnos cuenta de que por muy naturalizados que tengamos ciertos comportamientos o reacciones, debemos revisarnos para evitar la discriminación. No vale el «ha sido así siempre», o aquello de «el público manda». Debemos plantarnos. Plantar cara las situaciones en las que se dan comportamientos machistas, visibilizarlas y actuar para cambiarlas.

Un colectivo como MYM no debería existir. Porque el género no debería ser un factor a tener en cuenta en la creación o la valoración musical. Sin embargo, existimos porque es necesario denunciar la situación, dar voz a las mujeres y proponer soluciones. Soluciones que deben llegar por parte de la industria, pero también por parte de las mujeres músicas.

Por parte de la industria y el sector musical

se necesita un esfuerzo para mejorar aspectos como los siguientes:

No podemos seguir aceptando el periodismo machista. Basta ya de restar mérito creativo a las mujeres, de hablar de su físico cuando no es un elemento que se utilice intencionalmente en el espectáculo y basta de buscar al hombre detrás del éxito.

Ya está bien de paternalismo. Una cosa es ser cortés y otra paternalista. Muchos de los ofrecimientos aparentemente «amables» por parte de el entorno masculino tienen mucho de «como mujer no lo puede hacer», «como mujer no sabe de…», «un hombre lo puede hacer mejor»… Ojo, revísate antes de lanzarte, que el paternalismo se cuela fácilmente.

No podemos seguir aceptando la infrarrepresentación de las mujeres en la industria musical. No nos podemos seguir conformando con la situación, y pensando que como hay menos mujeres haciendo rock, es aceptable que mi festival tenga un 3% de representación femenina. No es aceptable. La responsabilidad no es solo de las instituciones, como programadorx/directorX de un festival también eres responsable de reducir la brecha de género, de ofrecer la música que estamos haciendo las mujeres, de darnos espacio. Párate y pregúntate si no hay mujeres en tu cartel porque no hay mujeres creando música de calidad o porque te estás dejando llevar por la dinámica que te arrastra a priorizar artistas masculinos.

 

Por parte de las mujeres músicas,

necesitamos un proceso de desaprendizaje y empoderamiento:

Trabajémonos la autoconfianza. ¿Dónde está nuestro techo de cristal? Sabemos que ahí fuera, el sesgo machista del que hablábamos nos va a poner las cosas más difíciles que a los hombres, pero ¿qué pasa por dentro? Nos hemos encontrado ya muchas veces en conversaciones con artistas la referencia al techo de cristal autoimpuesto. Pensar que no somos suficientemente buenas y abandonar la carrera musical por exigirnos «demasiado». Dudar de las propias capacidades es uno de los aspectos que afecta al éxito, no solo en la música. Como dice Carmen Zapata (Presidenta de la Asociación MIM):

A las mujeres se nos educa para ser perfectas y a los hombres para ser competitivos.

No debemos aceptar ningún tipo de violencia machista. Y no nos referimos solo a insultos o agresiones físicas. Un técnico paternalista es violencia machista. Unx productorx que hace comentarios sobre nuestro físico es violencia machista. Basta. Dejemos de entenderlo como algo «normal». Seguir pasándolo por alto es perpetuar la situación. Por supuesto, la responsabidad es del agresor, pero nosotras no podemos seguir calladas. Y aunque a veces las circunstancias no acompañan y sabemos que nos vamos a encontrar con aquel «eres una exagerada», necesitamos responder (siempre que tengamos energía).

Sororidad. No podemos lograr un escenario más justo en solitario. Hay muchas mujeres y colectivos luchando por cambiar la situación. Mucho trabajo ya hecho, mucho esfuerzo, mucha experiencia y mucho conocimiento acumulado. Pongámoslo en común. Trabajemos juntas para levantar la voz y llegar más lejos.

 

Ale Castellano

  2 comments for “Mujeres músicas, haberlas haylas

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