Bravalla cancela su próxima edición por agresiones sexuales, ¿y ahora qué?
Hace un par de días empezó a circular en los medios generalistas la noticia de que Bravalla anunciaba que no habría edición del festival el próximo año. (*) Los motivos son claros: el festival no está dispuesto a gestionar otra edición del mismo después de la cantidad de denunciase por agresiones sexuales puestas por sus asistentes femeninas.
Los terribles resultados de este año nos dejan 23 denuncias por abusos sexuales y 4 por violación. La situación es alarmante pero no es novedad, el año pasado la edición cerró con números similares: 50.000 asistentes, 12 denuncias por abusos sexuales y 5 por violación. Ya en ese momento hubo posicionamientos políticos al respecto e incluso algunas bandas se negaron a actuar en futuras ediciones si no se solventaba el problema. Por desgracia el problema ha seguido vigente este año y la organización del festival acepta que pese haber procurado hacer lo posible por generar un espacio seguro los resultados se alejan de ello.
Comunicado de la organización de Bråvalla Fest.
Esto no va a afectar el festival de este año de ninguna manera, pero hemos decidido no implementar el festival Bråvalla 2018.
Después del festival del viernes, se informó de una violación en el recinto ferial y la policía está investigando lo que ha sucedido. Se han notificado y denunciado varias agresiones sexuales.No hay palabras para expresar lo tristes que estamos por todo esto, lo lamentamos y condenamos de forma tajante. No está bien. No lo aceptamos en nuestro festival.
Hemos hecho todo lo que está en nuestra mano para prevenir y conseguir un espacio seguro para nuestros visitantes. El Bråvalla de este año ha sido el mejor en muchos aspectos; el personal, las ONG y los públicos han hablado sobre la atmósfera fantástica y ha habido menos delitos denunciados.
Dicho esto, las agresiones sexuales siguen ocurriendo. Lo hemos visto en el nuestro y en otros festivales en los últimos años y se trata de un enorme problema social que afecta a todas las partes de nuestra sociedad. No sólo festivales. Cada día hay más de cien violaciones en Suecia y es un reto que la sociedad tiene que enfrentar. Estamos trabajando activamente para combatirlo. Cualquiera que esté expuesto a esta violencia debe recibir el apoyo y la asistencia que desean y necesitan. En el Bråvalla, destacamos la importancia de denunciar estas situaciones e instamos a nuestros visitantes a hablar de ello con nosotros. Pero algunos hombres, porque son hombres, obviamente no pueden comportarse. Es una pena.
Por eso hemos decidido no hacer Bråvalla 2018.
Vamos a seguir trabajando juntos por un mundo mejor. Esperamos que estés con nosotros. Debemos cuidar el uno del otro, sofocar el odio y la violencia, y dejar que la música prevalezca.
1 julio 2017.
Ante esta situación, desde MYM nos planteamos, ¿Qué se puede hacer para cambiar el panorama actual? Es evidente que los protocolos para prevenir y responder a agresiones sexuales son algo cada vez más urgente. Es imprescindible dedicar tiempo a abordar este tema en profundidad y por eso estamos trabajando en una recogida de material para poder elaborar un recopilatorio informativo con diferentes recursos y propuestas. Sin embargo, no es suficiente con tener la información, hace falta que se ejecute. Ante la situación que se está viviendo estos días, nos preguntamos: ¿Eso está pasando?
Protocolos, de la teoría a la práctica.
En Reino Unido más de 28 festivales se han adherido ya a la campaña SaferSpacesAtFestivals proyecto que ofrece gran cantidad de recursos para generar espacios de ocio seguros para todas. La situación en España no se aproxima para nada a la de Reino Unido y hace poco veíamos gracias a un artículo de Ana Pacheco para Vice que (a excepción del Sónar, que trabaja en colaboración con Q de Festa y el BBK Live que cuenta con un protocolo propio) la mayoría de festivales españoles carecen de protocolos de prevención y actuación en caso de agresiones sexuales. No esperábamos menos, si no se tiene en cuenta a las mujeres como artistas ¿Por qué se van a tener en cuenta sus problemáticas como usuarias de esos espacios de ocio?
Imagen del proyecto NO ES NO impulsado por BBK Live.
Parece evidente pues, que la raíz de la falta de soluciones ante está problemática, no radica en la carencia de información o la falta de profesionales trabajando en la promoción de espacios de ocio libres de agresiones sexuales, si no la falta de implicación por parte de los organizadores de eventos.
A nivel nacional son muchos los proyectos que trabajan en la línea de la promoción de espacios de ocio nocturno seguros, Noctámbul@s por ejemplo, además de abordar la creación de protocolos amplía su trabajo incluyendo en él otro tipo de intervenciones como la formación de profesionales o la producción de materiales, como este vídeo.
La asociación sueca, Nattskiftet trabaja también en la promoción la seguridad en los espacios de ocio en Suecia. En 2016 ya elaboraron una guía para evitar agresiones que incluía recomendaciones como: aumentar la presencia policial, iluminar el perímetro de los festivales o recortar el consumo de alcohol. El gobierno se planteaba el aumento de cámaras de seguridad en festivales y demás eventos. No deja de resultar curioso que, tan habitualmente, las medidas de prevencion de agresiones empiecen con un ejercicio de urbanismo que trata de iluminar la zona para acabar derivando en un ejercicio de control que pretende infundar miedo al prójimo. Esto me lleva a pensar: van a dejar de violarnos porque entienden que no está bien agredirnos sexualmente o … ¿Por qué no les quedarán lugares sin luz o sin cámaras? Por que si la situación cambia por la segunda opción, lamentablemente las cámaras a veces no funcionan y las bombillas se funden. Es imperativo abordar los protocolos desde los dos frentes y no olvidar la importancia de una educación sexual y afectiva basada en el consenso como premisa principal.
Otras propuestas: Espacios no mixtos.
Otra de las recientes soluciones propuestas en algunos eventos parece ser la generar espacios no mixtos. Recientemente estamos viendo esta tendencia, consiste en crear minifestivales con una programación íntegramente femenina dentro de grandes eventos. Vamos, usar que se tiene un pequeño evento como excusa para justificar la falta de paridad en los escenarios. No olvidemos que esto no genera paridad ni equidad si no que exotiza algo que debería ser normal: ver a una mujer actuar en un escenario. Uno no va al festival, va al escenario a ver mujeres, como si eso fuera algo excepcional.
La cuestión, es que como medida preventiva se está proponiendo generar espacios no mixtos para mujeres en festivales y/o directamente festivales no mixtos. Esa era la, no tan alocada, propuesta que lanzaba la humorista sueca Emma Knyckare en su twitter y que parece tener suficientemente buena acogida como para plantear una primera edición en 2018.
Captura de pantalla del Tweet de Emma Knyckare en el que plantea“¿Qué piensan si organizamos un festival muy genial en donde solo no-hombres sean bienvenidos?”. La humorista explicó que esta medida tendría lugar “hasta que todos los hombres aprendan a comportarse”.
Los espacios no mixtos como propuesta preventiva tienen sentido ante ciertas problemáticas, pero no siempre. Analicemos esto: los espacios no mixtos son un ejercicio de autogestión y promoción de artistas femeninas, también pueden ser de gran utilidad en eventos con zonas de acampada pero pueden incluso llegar a servir de excusa para legitimar agresiones sexuales si no hay un trabajo profundo de concienciación sobre el sentido y el objetivo de los mismos. Al final, parece que volvemos a lo mismo: no nos violan porque no estamos en la misma sala, pero si quiero ir al concierto con mis amigos, mi novio o mi primo… Corro el riesgo de ser violada. Y si no quería que me violasen, oye haber ido a la otra sala. ¡Meeeeec!
No nos violan porque no estamos en la misma sala, pero si quiero ir al concierto con mis amigos, mi novio o mi primo… Corro el riesgo de ser violada. Y si no quería que me violasen, oye… haber ido a la otra sala. ¡Meeeeec!
Veamos algunos ejemplos de estas situaciones:
Glastonbury (Reino Unido). Desde el año pasado tiene un escenario que solo admite mujeres (y personas queer y/o con diversidad funcional) la presencia masculina no está permitida y todo el programa de actuaciones, el equipo técnico y de seguridad son femeninos. El espacio se llama The Sisterhood y su idea es la de ofrecer un espacio para que las mujeres (y personas queer y/o con diversidad funcional) conecten, compartan experiencias y disfruten de un espacio de seguridad. Podéis curiosear la iniciativa, que está incluida dentro de Shangri-La, dentro de Glastonbury Festival. Interesante contar con ese espacio, pero siempre nos quedará la pregunta de ¿Podría disfrutar del resto del evento? Electric Forest (EE UU). Cuenta con un espacio exclusivamente femenino llamado HerForest, que además de actividades varias ofrece un camping no mixto para alojar a mujeres. Con esta misma idea trabaja Shambhala (Canadá) quienes también tienen una zona para dormir para todas aquellas que no se sientan seguras volviendo al camping.
Entonces… ¿Qué hacemos?
La cuestión parece que nos lleva a una conclusión básica: la problemática de las agresiones sexuales en espacios de ocio necesita imperativamente de un estudio particular de cada caso y de la creación de un protocolo de prevención y actuación concreto y elaborado específicamente para el espacio donde el evento se realice. Para ello, lo mejor evidentemente sería formarse sobre el tema y contactar con profesionales para conseguir un espacio seguro para todas.
(*) Parece ser, según algunos medios, que finalmente Bravalla realizará una próxima edición en 2018 sin acceso permitido a hombres. Podéis leer más sobre ello aquí o aquí . Seguiremos informando con próximos avances o comunicados oficiales del festival.
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