Cora Novoa es DJ, productora, fundadora del sello Seeking the Velvet, trainer de Ableton y colaboradora en el programa El laberinto, de Radio3. También es la primera mujer en ganar el premio a mejor DJ en los Vicious Awards87. Nació en Galicia en 1984 pero ya ha recorrido gran parte del mundo gracias a su trabajo.
Quedamos con Cora en La Terraza, es uno de esos domingos de verano y hace mucho calor, pero la espera pasa plácida compartiendo unas cañas. Hacía años que no entraba a ese club, aún hace sol y la gente viste de colores. Suena una electrónica estupenda y los pareos, las paredes blancas y la decoración le da un aire a lo que muchas imaginamos que debió ser Ibiza antes de popularizarse hasta el extremo. Por fin llega Cora y buscamos un espacio tranquilo donde poder grabar. Es agradable, pienso, ríe mucho y nos dice que le interesa el proyecto, que le parece una idea genial y que hay que empezar a hacer cambiar las cosas. Encontramos un banco bonito, alejado de la multitud fiestera y charlamos.
Pinchas, produces, tienes tu propio sello dicográfico y eres trainer de Ableton, sin embargo vienes de estudios clásicos de flauta travesera. ¿Cómo se dio el paso al instrumento digital?
El paso del analógico o de la música más clásica al mundo de los sintetizadores, secuenciadores y música digital sucede porque soy una enamorada de la música y a los dieciséis años descubrí la electrónica, a la vez que estudiaba flauta y poco a poco empecé a ver que había todo un mundo detrás del background de la electrónica. Evidentemente ayudó mucho que estuviera estudiando informática, eso me hizo ver que había muchas herramientas que te permitían hacer música sin necesidad de tener una banda.
Uno de tus primeros pasos a la hora de hacer crecer tu carrera fue irte a Berlín y ¡Al poco tiempo pinchaste en Berghain! Uno de los templos del techno en Europa… ¿Cómo fue la experiencia?
La verdad que mudarme a Berlín fue una aventura, no fue algo premeditado. Yo en realidad me fui porque quería un cambio de vida, quería trabajar allí en Alemania y una agencia me fichó y así fue como, de algún modo, a día de hoy me dedico a ello. Pero vamos, fue algo no premeditado y casual, fue todo un lujo llegar ahí y pinchar en diferentes clubs porque eso ayudó mucho a que mi carrera despuntara en España.
Hace unos años Carl Craig saco por Deutsche Grammophon una versión techno de El Bolero de Ravel. Tengo la sensación de que en Alemania se concibe la música de un modo más abierto, donde fusionar electrónica con clásica no es algo tan descabellado. Me hace pensar en como esos años de flauta travesera pueden verse reflejados en una producción electrónica tan minuciosa y elegante como la tuya.
Yo pienso que ayuda tener unos conocimientos de solfeo o de música en general a nivel de acordes o composición, pero no es imprescindible siempre y cuando tengas constancia y pasión. Evidentemente dando por supuesto que tengas ese algo porque al final si lo haces por otra motivación: el dinero o la fama… eso se nota al final y el resultado es un poco mediocre.
Creo que sí se deja reflejar, sobre todo en mi forma de componer de los primeros años que es mucho más melódica, armónica… ahora ha cambiado un poco y mi forma de composición es mucho más fría.
¿Nos hablarías un poco de tus influencias como productora?
Mis influencias a la hora de trabajar en estudio son muy distintas a las que tenía hace diez años. Ahora mismo trabajo todo con máquinas, apenas toco el piano, el resultado es mucho más frío pero es muy interesante porque las secuencias, las melodías o los ritmos resultan de una forma muy random o aleatoria. Eso me gusta porque no sabes muy bien que va a salir y de ahí siempre puedes recuperar, trocear y haces cosas nuevas. Es una parte de mi momento actual, siempre se va evolucionando y ahora estoy componiendo de esa manera.
Suzanne Ciani nos dijo en el Sónar «A la gente le gusta el control y por eso usan máquinas. Las máquinas se supone que no tienen sentimientos, pero los tienen”
Totalmente, yo he pasado de componer muy armónicamente, usando mis manos, a usar un sintetizador modular con el que ruteo las señales. Aprendes mucho a nivel de síntesis, es otro mundo y salen cosas imposibles de tocar con tus manos. Sí, tienen vida.
Recientemente ganaste el premio al mejor DJ en los Vicious Awards. Han hecho falta 6 ediciones de los premios para que una mujer se lleve el galardón, ¡pero finalmente pasó! ¿Cómo te sientes con ello?
«Me encantaría que esto fuera algo normalizado, pero por desgracia todavía no lo es. Y es algo que creo que trabajando con naturalidad y dándole prioridad a la música cambiará.»
Ganar el premio de mejor DJ del año me hace sentir feliz, orgullosa y ¡muy responsable! Para mi es una responsabilidad porque al fin y al cabo vienes a ser una referencia para muchas mujeres, y chicos también, mostrando que se pueden hacer las cosas con mucho trabajo y sacrificio. Y por su puesto me encantaría que esto fuera algo normalizado, pero por desgracia todavía no lo es. Y es algo que creo que trabajando con naturalidad y dándole prioridad a la música cambiará.
No deja de ser curioso ver que el jurado vota a mejor DJ sin género pero el voto del público tiene categoría masculina y femenina. ¿Crees que el público ve diferencias sin pincha un chico o una chica?
Sinceramente para mí, el tema de que para unos premios se distinga por género no debería hacerse, porque lo que haces con eso es que esas diferencias se subrayen mucho más. Al fin y al cabo si queremos igualdad, es igualdad para absolutamente todo. Pero claro, también me pongo en la piel de quien lo ha organizado y entiendo que lo hagan porque si no a las chicas no les tocaban los premios. Se que la intención es positiva, pero para mi gusto tiene un carácter negativo.
Clara 3000 también tenía se mostró molesta con eso y no le gustaba nada ser catalogada como buena DJ femenina, se identificaba como buena DJ y punto. Ser DJ es algo que no tiene género.
Claro, para mi gusto no debería hacerse. No hay género en ser DJ es como que separe entre ser más artista o menos artista.
Roba Estesa nos comentaban hace poco que han tenido que pensar en un protocolo de actuación ante agresiones sexistas por ser un grupo formado por 8 mujeres. ¿Has vivido alguna situación incomoda dentro de la industria musical por ser mujer?
«Hay machismo en la sociedad, la electrónica es un reflejo de lo que pasa en la sociedad.»
Claro que sí. He vivido situaciones incómodas por ser mujer y por trabajar por en la industria de la música. Hay machismo en la sociedad, la electrónica es un reflejo de lo que pasa en la sociedad. Por ejemplo, hay una frase que siempre subrayo porque me la han dicho varias veces: “Pinchas tan bien como muchos chicos” y digo: – Wow, gracias. (risas).
Es absurdo pero sigue sucediendo, hay mucho machismo. Para mí lo que tenemos que hacer es seguir trabajando, seguir haciendo música, hacer oídos sordos y dar nuestra voz cuando sea necesario. Pero yo tampoco quiero ser abanderada de nada, yo soy pro de la música y voy a luchar porque haya igualdad, pero desde las formas… en las formas está el camino y es como se llega a los objetivos.
Además de ganar el premio a mejor DJ también estuviste nominada a mejor artista Experimental/IDM. Últimamente estamos viendo que la electrónica se aleja del club, cada vez hay más eventos que combinan electrónica con performance, danza o visuales. En tu remezcla de Cheeck on Speed trabajaste con Encarni Lovexx y el videoclip que acompaña el tema es una maravilla de pieza de video arte en 3D. ¿Cómo ves esos cambios? ¿Quieres trabajar en esa línea un poco más experimental también?
A la hora de trabajar pienso que la creatividad no tiene barreras, es un lienzo en blanco donde podemos pintar lo que queramos. Desde mi sello y proyecto creativo Seeking the Velvet es lo que pretendemos, juntamos arte música y diseño y lo que queremos es expresar conceptos no solo desde la música si no llevar esos discos a otros formatos: a colecciones de ropa, a piezas de video arte, a colaboraciones con ilustradores. Es usar otros lenguajes para transmitir lo mismo pero de distintas maneras.
En la mesa de Resonate, en Sónar, se habló de lo difícil que es para pequeños sellos y artistas vivir de la música. Parece imperativo un cambio en la concepción de la industria. ¿Quizá el cambio pase por ahí? ¿Abrirse a una visión más holística que abarque más ámbitos creativos?
«Si es algo únicamente monetario mi punto de vista es que no va a ir más allá, creo que tienes que poner también el corazón en el proyecto»
Tener un sello de música es complicado, no se gana lo que se ganaba antes: la venta de música ha bajado muchísimo con respecto a hace 10 años. Pero es darle una vuelta de tuerca al modelo de negocio, siempre que tenga un sentido y una lógica y que sea algo con valor. Si es algo únicamente monetario mi punto de vista es que no va a ir más allá, creo que tienes que poner también el corazón en el proyecto. Poner el enfoque en ampliar el campo artístico ayuda a potenciar y le da otro color y otro matiz.
¿Qué proyectos tienes a medio/largo plazo?
Ahora mismo los próximos proyectos son la presentación de la colección de ropa, vamos a hacer una gira especial de Seeking The Velvet. Tendremos colaboraciones especiales. Y este próximo 2018 sacaré una remezcla con una de mis artistas favoritas, ¡aún no puedo desvelar el nombre! Pero es uno de los proyectos que más ilusión me hace.
¿Nos recomendarías algún artista o sello que te apasione?
¡Ostia! ¡Me has pillado en bragas! (risas) ¡Dame un momento que piense! A mi me gusta mucho el rap y el soul, hay una chica que me encanta, SIYA y también Travis Scott un chico que hace Trap.
¿Algún consejo para chicas que están empezando a hacer música?
Mi consejo para cualquier persona que esté haciendo música, o cualquier cosa creativa, es trabajar muchísimo, ser constante, tener ilusión y meterte en el estudio y: trabajar, trabajar, trabajar. No hay ningún secreto más.
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