Author Archive for Colaboradora

Marilia

Marilia

(Cuenca, 17 de diciembre de 1974)

Cantante y compositora

Género: Pop, cantautora

 

Ranking Ann

Cantante, deejay, compositora

Géneros: dancehall, reggae

 

Hiromi Uehara

 

Pianista, virtuosa, compositora (26/03/1979, Japón)

Géneros: Jazz, Rock progresivo, clásica, fusión.

 

Giusy Ferreri

Cantante, compositora, cantautora (17/04/1979, Palermo, Italia)

Géneros: Canción de autora, Pop

 

 

 

 

María Lilia Laguna

Cantante, guitarrista y compositora. (24/03/1972 – Buenos Aires, Argentina.)

Géneros: Ópera y canción lírica, world music, tradicional latinoamericana.

50 años sin Janis Joplin

También era domingo. Janis nunca llegó al estudio a grabar «Buried Alive in the Blues». El 4 de octubre de 1970, su productor Paul Rotchild se preocupó por la ausencia de la artista y cuando sus compañeros fueron a buscarla, la encontraron muerta en la habitación de su hotel. La autopsia habló de muerte accidental por sobredosis de heroína.

Janis Joplin entraba así al club maldito de los «27» y su mítica voz se apagaba antes de tiempo, dejando otro duelo al mundo del rock y el blues, que aún lloraba la pérdida de Jimmy Hendrix 16 días antes.

Joplin fue figura polémica por su estilo de vida, fiel reflejo del lema del rock: sexo, drogas y rock & roll. Esto ha hecho que muchas de las reseñas sobre la artista tiren mucho del hilo del morbo. Aún a día de hoy, nos encontramos con artículos donde se obvia el legado artístico de Joplin, unos incluso tan desafortunados como el firmado por Javier Blanquez en El Mundo hace unos días «en memoria de la artista», donde entre mentiras e historias de alcoba el periodista parece obviar que Janis Joplin hacía música.

Hoy, en MYM, nos queremos acordar de Janis Joplin con el mejor regalo que nos dejó: su música. Y aunque muchos de sus temas fueron versiones, a las que insufló la potencia de su interpretación, hoy nos quedamos con uno de sus temas, escritos por ella junto a Michael McClure y Bob Neuwirth.

Ale Castellano

Luna Orbón: “El metal también es para mujeres”

Cuando pensamos en la música metal, no podemos evitar imaginarnos a la clásica banda de 4 o 5 hombres con largas melenas, cadenas enganchadas al pantalón, la piel llena de tinta, y cara de enfado. Un cliché lleno de testosterona.

Quizás en un momento de retro-inspección, tú, melómano del género, abriste tu playlist de Spotify, y te diste cuenta de que tus sospechas eran ciertas: a penas artistas femeninas se colaban por tus auriculares.

Entonces, ¿nacer mujer y querer dedicarte al mundo del sonido es una misión suicida? ¿Qué es mejor, conformarse o nadar a contracorriente? Luna lo tiene claro, no solo toca en una banda, sino que ha dejado que la música sea un pilar fundamental en su vida: “En general, a todo a lo que me dedico es al mundo del sonido y de la música. Soy técnica de sonido porque amo estar en el directo y en la acción, también doy clases de guitarra y además toco en un grupo. Prácticamente todo a lo que me dedico es a la música”.

Luna Obón es una artista zaragozana miembro de la banda punk Noughts and Crosses. Este grupo es un proyecto compuesto por artistas femeninas que se inició allá en el 2015 y en el que desde entonces Laura se encarga de la batería. No obstante, para ella, este viaje hacia el mundo de la música se inició mucho antes.

¿Has tenido desde siempre esta conexión con la música?

“Siempre me ha gustado mucho la música, ya desde pequeña tenía ahí la venilla. Tenía una guitarra que me dio un amigo de mi padre y cuando me quedaba sola en casa la cogía y me ponía a intentar tocar. No sé, era como que me daba vergüenza si estaban mis padres delante. Al final llegó un día en el que lo tuve claro y le dije a mi madre: ‘mama quiero tocar la guitarra’”.

Y desde entonces, ¿qué instrumentos has aprendido a tocar?

“Actualmente sé tocar la guitarra, la batería, el ukelele, un poco de piano y algo de bajo”.

Inspirada en sus referentes femeninos como Alissa White-Gluz, vocalista de Arch Enemy o las Vulpets, decidió enfocar esta pasión por la música creando lo que hoy en día es Noughts and Crosses:

“El grupo salió por una actividad extraescolar del instituto en el que estábamos. Un día me dijo la encargada del PIEE: ‘Estamos montando una banda ¿te gustaría apuntarte como guitarrista?’ entonces vi la lista de apuntados y había como 6 o 7 guitarras, por lo que pensé: ‘¿Cómo va a haber un grupo con 7 guitarras?’ así que le comenté que sabía hacer el ritmo básico de batería, por lo que me apuntó como percusionista y de ahí fui aprendiendo.”

¿Cuál es la idea que queréis transmitir con vuestras canciones?

“Las canciones que componemos están centradas en la mujer. Tenemos una que trata sobre la violencia de genero se llama ‘M 195’. M es de mujeres o de muertas, que era la idea inicial, pero al ser un poco agresivo le cambiamos el significado. El 195 son todas las mujeres asesinadas desde que empezamos la banda hasta ese año que le pusimos el nombre. Otra que tenemos se llama ‘N’, que va de nosotras, habla de la historia de una chica, pero en realidad es la de cada una de nosotras. Con todo esto buscamos concienciar sobre el mundo de la mujer, porque estamos todas muy metidas en el activismo y eso en las canciones se nota. No pasa nada porque seamos un grupo de todo mujeres, que somos una banda igual que el resto”.

¿Qué tal es tu relación con tus compañeras?

“Al principio no las conocía, me sonaba alguna de vista, de haber coincidido por los pasillos. A la cantante sí que la conocía porque fue conmigo a guitarra. Me acuerdo que nos propusieron lo de la banda y dijimos: “si vas tú voy yo”, así que eso hicimos. Fuimos las dos juntas y ya desde el primer día nos llevamos muy bien entre todas. Somos uña y carne, un peligro juntas [entre risas] pero para bien”.

¿Qué te aporta a nivel personal el estar en esta banda?

“Vida. Ensayamos los miércoles, y el saber que llega día de ensayo y que voy a estar con ellas es una locura. No sé, es que como nos llevamos todas tan bien es llegar al local de ensayo y que todo sean risas, aunque no ensayemos y tan solo estemos ahí de jajas, no sé, es el hecho de estar juntas”.

Ser un conjunto femenino en este género puede suponer un obstáculo a la hora triunfar en el sector. Al preguntarle a Laura si se plantearon que por su condición femenina podrían tener menos repercusión, ella respondió con un rotundo “No”: “Siempre hemos estado en un sistema bastante patriarcal entonces el que haya algo diferente o que tenga que ver con mujeres es algo que no se acaba de aceptar, pero no es algo que nos haya conseguido frenar o asustar”.

¿Crees que se está intentado mejorar esta situación?

“Hay festivales que sí que lo están intentando, pero aun así ves el cartel y de 100 personas que van a pisar la escena 10 son mujeres. Y no solo en el escenario sino en lo que es detrás de él, o sea, ya no solo los grupos sino por ejemplo en el montaje. Me ha pasado el ir a montar y ser la única tía. El resto del equipo, todo hombres.”

A parte de esta realidad, donde Laura ha encontrado más dificultades, ha sido a la hora de formarse y trabajar como técnica de sonido, “un mundo de hombres total” como ella relata.

Conseguir poder dedicarte a una profesión tan masculinizada como es la de técnico de sonido me imagino que no fue nada fácil…

“No lo es, me acuerdo que un día me acerque a mi tutor en clase y le dije: ‘Yo quiero ir a sonido’ y me respondió: ‘Pues creo que no, no cogen a mujeres en las empresas de sonido’. No pude evitar ponerme hecha una furia en clase claro… Cuando finalmente pude hacer las prácticas en Zaragoza tenía muchas empresas a las que podía enviar una solicitud, pero solo me cogieron en una porque la llevan dos mujeres.

¿Todos los puestos relacionados con el mundo del espectáculo están tan dominados por la presencia masculina?

“No, por ejemplo en producción sí que suele haber más mujeres tan solo por la apariencia. Al final producción es la parte que se encarga de contactar así que se busca una presencia femenina porque es como más bonita por así decirlo. Yo pienso que lo que peor está es el sonido. Aun así, creo que ahora hay más conciencia, o eso quiero pensar, porque esto me pasó hace 4 años casi”.

¿Qué tal te sientes en la empresa para la que trabajas?

“La empresa en la que estoy se llama Millan Pro, son todos súper majos y no me han puesto nunca ninguna pega en ningún momento. La verdad, agradezco que en ninguna ocasión se hayan dirigido hacía mí con paternalismos del tipo: “Ay no cojas eso que pesa mucho, ya lo cojo yo”, en general me dicen: ‘Si necesitas algo me lo dices’, así que si veo que no lo puedo mover porque es un altavoz de la hostia pues pido ayuda. Pero vamos eso yo como cualquiera.

¿Has sido discriminada laboralmente alguna vez por cuestión de género en este sector?

Solo ha habido una vez que he tenido una mala experiencia, ese día salí quemadísima del trabajo. Fue un día en el que el técnico de sonido que trabaja de normal no pudo venir por lo que decidieron contratar a otro. Ese hombre estuvo cuestionando todo lo que hacía y me decía cosas como: ‘¡Anda, pero si puedes levantar las cosas, yo pensaba que no podíais!’ y claro yo me quedaba en plan: ‘¿Qué me estás contando?’ o hacía algo mal y me recriminaba que lo estaba haciendo mal sin explicarme nada. No sé, cuestionaba todo lo que hacía. Él era el hombre perfecto que lo hacía todo bien y yo la mujer tonta de prácticas”.

Extrapolo la pregunta anterior a Noughts and Crosses, ¿El hecho de que seáis todo mujeres las componentes del grupo os ha hecho pasar alguna mala experiencia con vuestro público?

“Una vez tuvimos una mala experiencia en un concierto. Esa noche se acercó el tío de una de las componentes del grupo y nos dijo: ‘¡Aiba sois todo chicas! ¿verdad?’ y nosotras le respondimos que sí, desde el inicio y nos dijo: ‘¿Y no os habéis planteado meter a ningún hombre? es que yo creo que hace falta presencia masculina’ nosotras negamos y él continuó diciendo: ‘Pues yo creo que os hace falta buena mano, pero bueno seguro que el técnico de sonido es chico’ y yo le respondí: ‘Eh no, lo estoy montando yo con ayuda externa’ sorprendido respondió: ‘¿Cómo? Bueno, ¡seguro que los camareros son hombres!’. Es como que intentaba buscar un hombre en toda la historia.”

¿Y por parte de otras bandas con las que compartieseis escenario?

“Hemos tenido bastante suerte la verdad y no se han metido demasiado con nosotras… Bueno a ver está lo típico que vas a montar y te dicen: “Ay no te preocupes que ya montamos nosotros” cuando hay otro grupo masculino que va a compartir escenario con nosotras y no puedes evitar pensar: “A ver que nosotras sabemos montar ¿sabes? tenemos dos manos podemos montar perfectamente”. Nunca nos ha pasado que nos digan: ‘Vosotras no montáis porque sois mujeres’ pero si el típico comentario condescendiente.

En cuanto al resto… ¿Te has sentido apoyada por tu familia y amigos?

Mucho la verdad. En cuanto montamos un concierto suelen animarse a venir a casi todos o al menos a los que pueden vaya. Hay veces que los hacemos fuera de Zaragoza como por ejemplo en Huesca y el movilizarse entiendo que es más complicado, pero a los que son aquí suelen venir. Es gracioso porque muchas veces nuestros conciertos solo están llenos de nuestros amigos, pero bueno, esta guay ver ahí a todo el mundo y que al final la gente se sepa hasta las letras y todo”.

Encontrar en Zaragoza un grupo de metal conformado por alguna mujer es una tarea complicada, encontrarlo en su totalidad hoy en día, es casi imposible. Para dar con Noughts and Crosses tuve que hacer una búsqueda exhaustiva vía redes sociales. Finalmente, tras navegar por cientos de perfiles di con ellas.

¿Conoces otras bandas locales en Zaragoza de este género integradas exclusivamente por mujeres?

“De nuestro género no y si las hay no las conozco. Sé de grupos que tocan otro tipo de música más pop, rumba… pero de nuestro estilo no. Nosotras empezamos siendo un poco pop-rock, pero no sé, supongo que ya saldrán más grupos, aunque la variedad de estilos está también muy bien”.

¿Y masculinas?

“Si, masculinas muchas, por ejemplo, el grupo con el que compartimos local Venalitia. También Eden Snake que además los vi hace poco, eh… es que hay un montón, Frunk… También hay mezclas así de metal y rap como Rostre Brutta”.

Con estas respuestas queda más que claro que incluso alguien metido en el “mundillo” del metal zaragozano no conoce bandas femeninas. El afloramiento de nuevas bandas de mujeres no solo va unido al interés por parte de las artistas de querer crear algo nuevo, sino también es responsabilidad del público que como bien relata Luna:“Tienen que indagar más en el género para así encontrar nuevas artistas, que en realidad siempre han estado ahí pero nunca se las ha puesto debajo del foco”.

Volviendo a la actualidad hay un agente que no discrimina por género musical, sexo o localidad y es el COVID-19. Como hemos podido ver durante estas semanas cientos de bandas musicales y festivales han tenido que cancelar o posponer sus actuaciones debido a la propagación del virus. El grupo de Laura no ha quedado exento de los efectos de la pandemia en la escena musical.

¿La crisis del coronavirus ha afectado al grupo?

“Ahora estamos un poco de parón, lo único que teníamos era un bolo en mayo que supongo que seguirá adelante porque no nos han dicho que se cancela. Es bastante especial este concierto porque van a proyectar una película de un grupo de punk de chicas y después de la proyección nos han contratado a nosotras para tocar canciones de la película.

Sobre todo nos afecta esta situación en que no podemos ensayar. Cuando dijeron que se cancelaban las clases fue como: “Bua vamos a poder ensayar todos los días”, pero luego fue obvio que no podríamos salir de casa. Tampoco podemos buscar conciertos porque las salas y todo está cerrado. Y en lo que a mí respecta, sigo practicando con la guitarra. La parte positiva de todo esto es, que por lo menos, no teníamos ningún bolo programado para estas fechas que hayamos tenido que cancelar”.

Para finalizar, Luna nos deja una concluyente recomendación:

“Hay que mandar un mensaje claro a la comunidad: el metal también es para mujeres. Somos igual de validas que todos y si sabemos hacer las cosas no se nos tiene porque recriminar nada. No quiero que ninguna mujer tenga que volver a escuchar en un concierto un: ¿Qué haces tú aquí? y tener que pensar: ‘Lo mismo que tu disfrutar de la música’”.

 

Paula Giral

Liberación sexual en las pioneras del blues

Las big mamas escapaban a la hegemonía romántica, púdica y heterosexual de su tiempo. 

Bessie Smith

La aparición del blues no tiene una fecha clara, aunque se sitúa aproximadamente entre 1870 y 1900, contexto en el que gran parte de la población afroamericana transitó hacia la agricultura a pequeña escala en el sur de Estados Unidos después de abolirse la esclavitud en 1863¹. En los años veinte del siglo XX, este género musical se popularizó enormemente gracias a la industria discográfica.

Pese al entorno de gran hostilidad para la población negra, y también para las mujeres, las denominadas big mamas del blues se abrieron paso en los escenarios, fueron pioneras en este género musical y llegaron a la cima del éxito. Su blues trataba el amor y los temas propios de la música popular, pero no de la forma en que indicaba la moral de la época. ¿Estaríamos ante un espacio de libertad? Según las investigadoras, la respuesta es sí.

El trabajo de Angela Davis

La propia Angela Davis trató este tema en su libro Blues legacies and black feminism. Según Davis, una de las características del primer blues hecho por mujeres era su imaginario sexual fuera de la norma.

El mandato social mainstream de principios del siglo XX ligaba cualquier expresión de deseo al amor romántico y al matrimonio, y decía a las mujeres (especialmente a las mujeres blancas) que el espacio doméstico era el lugar donde ir a buscar su felicidad. 

El blues no escapó del todo a la idea del amor romántico. Pero las vivencias de sus protagonistas eran completamente distintas y las canciones tenían otras resonancias sociales y políticas.

En ese contexto, Angela Davis identifica el hecho de expresar la propia sexualidad como un rasgo exclusivamente de la cultura afroamericana, en contraposición a la cultura norteamericana dominante. Tal y como afirma la autora, «por primera vez desde la presencia de África en América, las personas afrodescendientes tenían la oportunidad de elegir libremente sus compañerxs sexuales».

Durante el periodo de esclavitud, la música creada por afroamericanos era una música de comunidad, de un colectivo reclamando libertad. En cambio, tras la emancipación se empiezan a ver muestras de los deseos individuales de las personas. Ahí es donde aparece la propia sexualidad. En ese sentido, el blues evidencia la sexualidad como forma de libertad.

El blues se convirtió en el género por excelencia de la música negra y, junto con el góspel y la música religiosa, sirvió para crear una identidad y consciencia de la población afroamericana. El humor, la sátira y la ironía de sus letras revelan sus orígenes en la música de la esclavitud, donde se utilizaban metáforas que tapaban el sentido real (que muchas veces apelaba a la inhumanidad del sistema opresor). Para Davis, el blues articulaba la experiencia de la libertad, evidenciando que la esclavitud había terminado.

Big mamas empoderadas

Bessie Smith se ganó el nombre de la «emperatriz del blues» con 750.000 copias vendidas solo de su primer álbum. Ella y Ma Rainey fueron las artistas de blues más destacadas, y también las que expresaron más abiertamente la sexualidad en su música. Su sexualidad desacomplejada puede verse aludida en temas de Bessie Smith como «I need a little sugar in my bowl«, con frases como «I need a little hot dog on my roll«.

Ese erotismo entraba en conflicto con las pautas de conducta de las mujeres blancas de clase media —con sus maridos como proveedores y la maternidad como elemento que daba sentido a sus vidas. El contraste dio como resultado una escasez de referencias al matrimonio en el blues hecho por mujeres: sus protagonistas raramente eran esposas y casi nunca madres. En «Young woman’s blues» , Bessie Smith reivindica su deseo por vivir plenamente su juventud y por eso, afirma, «no es tiempo de casarse».

No time to marry, no time to settle down

I’m a young woman and ain’t done runnin’ round

Además de hablar de sexo, las letras de las pioneras del blues también eran desafiantes y, en cierto modo, feministas. Vemos como, en la canción «Down hearted blues« de Bessie Smith, la mujer se enfrenta a la dominación patriarcal con esta declaración: «Tengo el mundo en una jarra, el tapón está en mi mano;
lo sostendré hasta que no estés bajo mi mando».

I got the world in a jug, the stopper’s in my hand

I’m going to hold it until you didn’t come under my command

Ma Rainey también defendía la igualdad y ruptura de esterotipos de género en el tema «Barrel house blues« donde, asimismo, celebraba la apetencia por el alcohol, el jolgorio y la «buena vida» por parte de las mujeres.

Papa likes his sherry, mama likes her port

Papa likes to shimmy, mama likes to sport

Papa likes his bourbon, mama likes her gin

Papa likes his outside women, mama likes outside men

Finalmente, las letras de la época también exploran el lesbianismo, el deseo no heterosexual y las identidades no normativas. Por ejemplo, el tema Prove it on me de Ma Rainey trata, en primera persona, de una mujer de género disidente y que no está interesada en los hombres, dentro de una sociedad profundamente homófoba.

Went out last night with a crowd of my friends,

They must’ve been women, ‘cause I don’t like no men.

It’s true I wear a collar and a tie,

Makes the wind blow all the while

Don’t you say I do it, ain’t nobody caught me

You sure got to prove it on me.

La investigadora Sandra Lieb, autora de Mother of the blues: A study of Ma Rainey describe esta canción como una «poderosa declaración de desafío lésbico y autoestima» y la considera precursora del movimiento cultural lésbico de los años setenta.

Referencias

Angela Davis. Blues legacies and black feminism. 1988.

Daphne Duval. Black pearls: Blues queens of the ’20s. 1988.

Derrick Stewart-Baxter: Ma Rainey and the classic blues singers. 1970.

Sandra Lieb. Mother of the blues: A study of Ma Rainey. 

¹Pese a la abolición formal de la esclavitud, el sistema de opresión y racismo hacia la población afrodescendiente no cesó y se perpetuó a través de distintos instrumentos reguladores, comunicativos y políticos. Si te interesa profundizar en este tema, te recomiendo el documental Enmienda XIII (13th).

Laura Valls

Francesca Solleville

Cantautora. (02/03/1932 – Périgueux, Francia.)

Géneros: chanson, canción de autora.

Francesca Solleville