Parece ser que este fin de semana las cantautoras feministas decidieron tomar Barcelona. Patricia Lázaro llenó la Sala Fizz el viernes con un concierto íntimo donde deleitaba al personal en acústico con su disco Todo irá bien mamá y canciones inéditas. Momento cumbre, en el que después de cantar “Mamá” Lázaro dejó caer un “abortar también es una opción”:
Que desde que se ha puesto las gafas [moradas] esta canción ha cobrado más significado, dice @lazaropatr «Mamá» pic.twitter.com/wymXhdAaku
— MYM Mujeres y Música (@mujeresymusica_) 24 de febrero de 2017
El sábado María Sarmiento hizo su estreno en La Vaina. Un escenario con más instrumentos que integrantes y dos chicas mostrándonos que una guitarra, un violín y una melódica pueden dar mucho de si. A ratos divertidas, a ratos un tanto melancólicas consiguieron, como diría Nacho Vegas : “Desnudarse sin quitarse el traje”. Con mucha elegancia lograron hacernos bailar con letras intensas a la par que replantearnos conceptos como el amor romántico y la heteronormatividad. Hay que decir que conquistaron al público en dos momentos estelares: cuando tocaron Invisible (canción sobre la invisibilidad de la mujer por la que ganaron varios premios en el Certamen de jóvenes cantautores de Elche) y por su versión de Peras y Manzanas de Viruta FTM, maravillosa canción que al sumarle un violín consiguió alegrarnos y estremecernos a partes iguales.
La Mare no se quedó corta tampoco, no necesitó a nadie más en el escenario para meterse al público en el bolsillo. Ella, una guitarra, letras contundentes y ritmos cargados de energía… Energía que no sabemos ni como consigue ni como conserva, ya que a lo largo del día ¡se unió a dos bolos con Somsó Batukada! y por la noche ¡lo dió todo en la Vaina!
No había mejor manera de cerrar la noche que con Ke te kalles. Aunque debo reconocer que hablar de lo bien que suenan y de lo maravillosas que son sus letras es algo que ya hice hace poco (aquí) – y no quiero que me acusen de grupi – así que solo diré dos cosas: es genial que un grupo te sorprenda cada vez que lo ves, en esta ocasión fue un regalazo ver a Sanfri detrás del micrófono. Y … amigas: ¡dice mucho de la constancia de estas chicas que consiguieran aguantar tanto rato tocando con esos disfraces! Por Dios, ¡con el calor que hacía!