Ojalá un día no hagamos ninguna falta

Hablamos de discriminación positiva, machismo en el panorama musical y el papel del feminismo en la música.

Belako: Josu Billelabeitia, Cris Lizarraga, Lander Zalakain y Lore Billelabeitia

En los últimos días hemos estado leyendo sobre la carta de Cris Lizarraga (Voz y teclado de Belako) denunciando el machismo de la prensa musical. Os recomendamos leer el texto entero porque relata en primera persona encontronazos con el machismo que desgraciadamente las mujeres músicas seguimos sufriendo a día de hoy en el sector. Encontraréis la carta en este artículo de Icon (El País).

Personalmente, coincido con todo lo que relata Cris en la carta. Aunque me revuelve un poco la parte de «la discriminación positiva es dañina». Maticemos de qué hablamos con discriminación positiva. Como dice Cris, yo no quiero que me incluyan en una programación musical por el mero hecho de ser mujer*, y no quiero que eso sea lo que la prensa destaca si habla sobre mí. Lo que yo quiero es que se valore mi música independientemente de mi género y tener las mismas oportunidades que cualquier hombre para acceder a cualquier escenario.

Sin embargo, este es el ideal que nos gustaría vivir, no la realidad. La realidad es la carta de Cris Lizarraga, la cosificación, la hipersexualización y el menosprecio más o menos sutil según el caso (no solo en el sector musical). Me dejaba un regusto agridulce esa pregunta que lanzaba al aire Cris en el artículo de Icon:

¿Realmente queremos que se nos contrate en base a esos criterios, porque tiene que haber mujeres?

No. Queremos que se nos contrate en base a los mismos criterios, pero no podemos perder de vista de que el sector musical sigue estando marcado por el machismo en todos los ámbitos: promotoras, técnicos, periodismo, programación… El mismo machismo que afecta a la prensa, afecta a los programadores y, aunque siga habiendo más hombres que mujeres en la mayoría de los géneros musicales, un cartel con 500 artistas y un 3% de mujeres es ridículo.

Amets Rodríguez y Maite Alaña, directoras de Mundaka Festival y MAZ Basauri, también hablan del tema de las cuotas en esta interesante entrevista de BiFM Radio. Extraemos algunas citas interesantes:

Estamos donde estamos porque lo valemos. Y eso es lo importante. Ni quedar fuera por ser mujeres, ni estar al frente por el mismo motivo. No, simplemente, porque trabajamos y lo valemos. […]  No tiene que haber baremos, ni un tanto por ciento determinado. Tiene que haber mujeres, por el simple hecho de que son igual de buenas.

Amets Rodríguez

 

El día que las mujeres entren a programar festivales, se dejarán atrás ciertas actitudes. La industria puede cambiar si las mujeres acceden a puestos de responsabilidad.

[…]

Hay dos planos. El cartel artístico, al que es ridículo imponerle una cuota de mujeres. Y luego el estructural, donde no siempre el trato a las mujeres es el mejor. No hay que quedarse en la espuma de las olas.

Maite Alaña

Estas aportaciones me parecen muy valiosas porque apuntan a un problema estructural. Quedarnos en la polémica de las cuotas no va a solucionar el problema. El feminismo no busca que las mujeres tengamos un privilegio, sino eliminar el tradicional privilegio masculino que de forma sigilosa unas veces, y más escandalosa otras, impregna todo el sistema. El papel del feminismo en la música no es establecer cuotas sino denunciar las injusticias, alcanzar la igualdad de oportunidades y trabajar por un futuro en el que una web como la nuestra no tenga ningún sentido. 

El tema de la discriminación positiva como herramienta para este fin seguirá siendo polémico. La discriminación positiva y las cuotas son un medio para alcanzar el equilibrio, para abrir grietas en un sistema que no nos deja pasar; un medio con el que se puede estar más o menos de acuerdo y que sigue en la mesa de debate. Yo no quiero discriminación positiva si por colocar a una mujer en tu programación debes dejar fuera a un grupo de hombres de mejor calidad. Pero esta no es la situación. Hay artistas y bandas de mujeres con calidad más que suficiente para el nivel de cualquier programación, y por tanto, si detectas una brecha de género en tu programación, has de preguntarte por qué.

Si hay mujeres haciendo música de calidad en el género musical que corresponda a tu programación ¿por qué no están?

Lo que necesitamos no es discriminación positiva para empezar. Para empezar necesitamos revisión de cuáles son los motivos que nos llevan a esta brecha de género, consciencia de ese privilegio masculino que viene de lejos y medidas a todos los niveles que impidan que este privilegio tan naturalizado tenga efecto. Esta lucha es de todxs y no debe ser algo que ponga a los hombres a la defensiva. Cuando hace, el privilegio se hace patente y también el miedo a perderlo. Como hace Icon, remitimos también a aquellas palabras de Nacho Vegas en Rockdelux en respuesta a una letra polémica (Mi Marilyn particular):

Si cuando nos llaman machistas lo percibimos como algo corrosivo, es buena señal… Nosotros debemos dar un paso atrás, tomar aire y preguntarnos por qué nos lo han llamado.(…) Mi primera reacción era protestar y ponerme a la defensiva, pero con el tiempo he tenido que darles la razón

Nacho Vegas

En cualquier caso, tanto la denuncia de Belako nos parece muy necesaria y damos gracias a Cris Lizarraga por visibilizar la situación del machismo en el periodismo musical. Gracias a Amets y Maite por romper el techo de cristal y visibilizar la necesidad de mujeres en puestos de responsabilidad. Luchemos por un escenario más justo.

Por cierto, si aún no conocéis a Belako, ya estáis tardando:

*A no ser que se trate de espacios feministas en los que precisamente se reivindica la música hecha por mujeres, -que, recordemos, existen porque seguimos infrarrepresentadas en el sector musical, entre muchos otros.

 

Ale Castellano

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