¿Hay mujeres en la música? Esta semana pasada, me he encontrado varias veces con la frase «el pez que se muerde la cola» en lo que se refiere a la ausencia de mujeres en el panorama musical. El artículo de El Perfil de la Tostada, la entrevista a Francisca Valenzuela y algunos podcasts que he escuchado en los últimos días me devolvían a este pensamiento y no podía hacer otra cosa que recoger aquí esta reflexión. Y como colofón, a punto de publicarlo, salta la libre del CanetRock, que presenta un cartel sin una sola mujer.
Laura Durán, programadora del CanetRock publicaba el domingo este artículo «Una dona i programadora musical farta«, que a medida iba leyendo me iba provocando sensaciones encontradas. Por un lado, Durán dice sentirse ofendida cuando le preguntan cómo concilia su vida como madre con su trabajo de horarios flexibles y a menudo, nocturnos. ¿Por qué no se lo preguntan a ellos que también son padres y programadores?, se pregunta. Se cuestiona sobre por qué los cuidados recaen en ellas y la visión conservadora del rol femenino sigue cuestionándole que pueda asumir y ser eficiente en ambos papeles. Hasta aquí, estoy muy de acuerdo con ella. Sin embargo, sigo leyendo, y me quedo un poco así:
Y es que Laura afirma:
El mismo personal que me señala (…), es el mismo que cuestiona mi (nuestra) feminidad pidiendo explicaciones sobre por qué no hay mujeres artistas en el cartel del festival donde trabajo, el Canetrock.
Laura, de verdad me gustaría entenderte mejor pero… ¿Cuestionar la feminidad? ¿Es la misma gente la que le cuestiona esas cosas? No me cuadra. No me cuadra a mí y no les cuadra a muchas. Como a Mireia Mora (podéis ver la conversación entre Mireia y Laura en el hilo del tweet):
Espero que demà a @SentitCritic hi hagi una dona signant un article dient que és inadmisible la invisibilització que patim https://t.co/ZWudDvdKEG
— Mireia (@mireiamora) 27 de marzo de 2017
Mireia finalmente vio ayer su artículo (muy acertado) publicado en el mismo medio: Que les nostres filles siguin estrelles del rock. Destacaría de su artículo la repuesta a esta frase de Durán:
La cuota mal gestionada puede generar rechazo.
Laura Durán
Como Mireia Mora, también coincido con Laura Durán en que esta frase es muy cierta, las cuotas son un tema delicado y polémico, si se entienden como un fin, pero como bien dice Mora, las cuotas son una herramienta para abrir grietas en un sistema que nos impide acceder a muchos espacios. Un medio para conseguir un escenario en el que las cuotas no sean necesarias.
Mireia Mora también habla en el artículo de ese engranaje que se esconde detrás de estas brechas de género tan evidentes, de abrir la perspectiva para entender la raíz del problema. Así lo hace también Lucía Lijtmaer en El Diario: Deja de disculparte y programa mujeres, al escribir:
Si en un mundo en el que somos algo más del 50%, te cuesta encontrarlas, hay un problema, y no es el tipo de música que hagan, ni las imaginarias luchas de cuotas. Es más, si las mujeres no llegamos a ocupar ese espacio, es evidente que hay alguien que no nos está dejando llegar.
Lucía Lijtmaer
Al tratar de dar respuesta a la pregunta ¿Por qué no hay mujeres en los festivales? No podemos quedarnos sólo en lxs organizadorxs de festival. El problema no es ese. El problema es mucho mayor y requiere acciones que afecten a todos los ámbitos de la industria musical.
Aquí es donde decimos que es el pez que se muerde la cola: No hay mujeres en los festivales porque no hay tanta oferta ni demanda de música hecha por mujeres; no hay tanta oferta y demanda de música hecha por mujeres porque nos faltan referentes de mujeres que hagan música; nos faltan referentes de mujeres que hacen música porque no hay mujeres en los festivales. Sí, así de primeras, no tiene nada de rigor lo que acabo de soltar, pero era para hacernos una idea general. Vayamos punto por punto a las barreras que encontramos las mujeres en la industria musical.
- Referentes.
Los referentes son básicos para la construcción de los roles de género. Si los medios continúan reproduciendo los estereotipos y roles de género establecidos en la ficción, en la publicidad, en el humor… es muy difícil concebir otra realidad. La inclusión en los últimos años, por ejemplo, de personajes LGTBI en la televisión y el cine favorece la visibilización y facilita una sociedad más diversa. Del mismo modo, una oferta musical en la que nos es tremendamente difícil pensar en bandas de mujeres o en la que asociamos a las mujeres casi exclusivamente el papel de vocalistas, no favorece que las mujeres decidan, por ejemplo, que quieren tocar la batería o que van a montarse un grupo de rock. Disponer de más referentes es vital para posibilitar otro escenario. No se trata de que ahora todas nuestras hijas vayan a ser estrellas del rock, sino de aumentar sus opciones, de que sepan que pueden hacerlo.
¿Y por qué tenemos tan pocos referentes? ¿Es solo porque hay muy pocas mujeres músicas y por tanto no podemos romper ese círculo vicioso? Adivina:
2. Autoridad: el sesgo machista
Cuando hablo de sesgo machista me refiero a que el sistema patriarcal en el que vivimos se reproduce y retroalimenta si no se combate conscientemente. No se trata de acusar a nadie en concreto de machista, sino de revisarnos, todxs, y ser conscientes de que con frecuencia estamos reproduciendo conductas machistas y debemos hacer un esfuerzo por evitarlo.
Así hablaba de ello Jose Luis de Vicente, responsable de la programación del Sónar justo antes de la pasada edición, para Vice:
Ni puedes transformar la industria entera, ni estás exento de las esclavitudes que genera. Es un avance importante darse cuenta de que ese sesgo existe, y de que existe por nuestra parte a la hora de seleccionar y valorar, y por parte de la industria a la hora de facilitar y promover.
Jose Luis de Vicente. Programador del Sónar. Entrevista para Vice, respondiendo a Marta Delatte.
En los puestos de autoridad y decisión de la industria y los eventos musicales encontramos muchos más hombres que mujeres (como en la mayoría de sectores) y esto ya condiciona la selección de artistas: discográficas, promotoras, programadores de eventos y festivales… Aunque este sesgo nos afecta a todxs, no solo a los hombres, comenzamos a ver que cuando las mujeres toman el mando se hacen más esfuerzos por romper esta dinámica. Mirad por ejemplo el festival Xequebo del que hablábamos hace unas semanas. Lijtmaer también aborda este aspecto en su artículo:
(…)programé un festival pop en el que su mayoría son mujeres.(…) cada vez que hablaba de la falta de mujeres en festivales culturales, una gran cantidad de personas (generalmente hombres) me decían «ya estás otra vez con eso». Supongo que no es casualidad que el equipo que me animó a llevar a cabo la propuesta esté dirigido por una mujer y coordinado por otras tres.
Lucía Lijtmaer
En cualquier caso, sea cual sea el género de aquellxs que seleccionan, promocionan o programan, lo que es imprescindible para cambiar la situación es introducir una perspectiva de género**, que conciencie de que existe una situación injusta y favorezca que se realice un esfuerzo por cambiarla.
3. Discográficas y programadorxs culturales
Las discográficas y programadorxs culturales también actúan con más o menos consciencia (más lo segundo) bajo este sesgo del que habábamos. No me gusta hablar en este sentido de «estupidez imperante a la hora de programar mujeres» como Lijtmaer, porque quizá soy algo más optimista. Quisiera pensar que no se trata de estupidez sino de falta de reflexión. Deseo que solo haga falta conciencia, revisión y esfuerzo para reconocer el problema y solucionarlo. Aunque, por desgracia, sé que la respuesta, a las demandas feministas muchas veces es agresividad o condescendencia y falta de autocrítica.
Laura Durán decía en su artículo que este año en la programación del CanetRock:
Los proyectos sugeridos [con mujeres] no nos han encajado con el estilo y horarios de los que disponíamos.
Suena a excusa, sí, pero igual nos equivocamos. Estaríamos encantadas de que Laura nos respondiera y nos diera más detalles sobre esta selección. ¿Se han tenido en cuenta mujeres artistas? ¿Se ha creado la programación solo con artistas que han contactado al festival, o se ha sido proactivo en la búsqueda de artistas? Como 140 no son suficientes, te lanzamos desde aquí estas preguntas: Dices que estás de acuerdo con que debe haber más mujeres en los festivales, pero ahora que tienes un puesto desde el que actuar para cambiar la situación crees que no se debe tener en cuenta el género sino «parámetros artísticos». ¿Que crees que se puede hacer para ver más mujeres en los escenarios si esta no es la vía? ¿No hay mujeres que cumplan los «parámetros artísticos» del CanetRock? Si nos cuentas cuáles son esos parámetros seguro que te podemos sugerir unas cuantas para la próxima edición, que para eso nos estamos currando la base de datos de mujeres músicas 🙂
4. Instituciones
Las autoras de los dos artículos en respuesta a Durán, Mireia Mora y Lucía Lijtmaer, apuntan en última instancia a la responsabilidad de las instituciones.
¿Puede un festival justificar subvenciones de dinero público y de otras marcas cuando no respeta –o directamente se mofa– de la Ley de Igualdad aprobada en 2007, que recordemos, es una Ley Orgánica? ¿Acaso no deberían patrocinadores e instituciones asumir responsabilidades con respecto a este hecho? ¿Y los medios de comunicación?
Lucía Lijtmaer
Hará falta, entonces, abordar pronto un código de buenas prácticas feministas que se incluya como baremo a las subvenciones públicas, porque todo lo demás es continuar adobando el terreno para que las chicas sigan entre el público y los chicos bajo los focos.
Mireia Mora
Y es que ciertamente, ¿dónde queda este artículo 26 de esa Ley de Igualdad con semejantes datos de representación femenina en los festivales? Ah, que aún no tenéis los datos. Dadnos unos días. En breve publicaremos un estudio sobre presencia femenina en algunos de los festivales más reconocidos a nivel nacional. Si queréis colaborar en el recuento contactad a mujerymusica@gmail.com.
Para que os vayáis haciendo una idea, este es el resumen visual con los datos de que disponemos a día de hoy (faltan confirmaciones en la mayoría de festivales). Pronto actualizaremos el documento y os contaremos más detalles: número de bandas mixtas, de hombres/mujeres, solistas, posición que ocupan las mujeres en las bandas…
Si eres programador/a cultural o perteneces a la organización de algún festival y nos estás leyendo, nos encantaría saber tu visión del tema y las dificultades que encuentras a la hora de integrar mujeres en tu programación. Puedes hacerlo en los comentarios o a través del mail mujerymusica@gmail.com.
** Entre otras. El sesgo de género no es el único que afecta a los festivales. Como también decía J.L. de Vicente, la cultura digital (en el caso del Sónar) también se ve muy afectada por una visión anglosajona y blanca.
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