La violencia machista en las letras… y en las redes

Hace unos días La Nueva España publicaba esta entrevista. Laura Viñuela es una musicóloga asturiana, especialista en género. Encontramos muy interesante la entrevista, que principalmente versaba sobre la labor de Viñuela impartiendo talleres sobre desmontar el amor romántico en institutos de Mieres. Alude al peligro de las ideas preconcebidas sobre las relaciones en los jóvenes, y de cómo los productos culturales refuerzan y difunden estas ideas.

Al final, los conocimientos que tenemos[los adultos] del amor los sacamos de donde los sacan ellos[los jóvenes]: de la tele, del cine, de las revistas antes y ahora ellos de internet. No importa el medio, las ideas que se transmiten siguen siendo las mismas, son difíciles de cambiar.

También sobre los celos y la toxicidad  que el amor romántico genera en las relaciones.

Ese amor pasional a lo bestia, con tantos estereotipos relacionados con el control, es lo que tenemos que desmontar de las mentes de los jóvenes.

Sin embargo, lo que más ha trascendido de una entrevista repleta de contenido interesante ha sido su crítica a Sabina, tres frases en medio de la extensa entrevista que surge cuando le preguntan a Viñuela sobre lo peligroso del reggaeton (recordemos que lo peligroso no es el género músical) y ella responde «tenemos ejemplos más cercanos»:

Tenemos a Joaquín Sabina, que le hacemos la ola cada vez que asoma por esta región. Pero tiene letras que son machistas y peligrosas, tanto o más, que el reggaeton. Un buen ejemplo es la canción «Contigo«.

En su entrevista se habla de temas -e incluso coincidimos en citar a The Police- a los que ya aludimos en aquel primer artículo de MYM: Violencia machista en las letras ¿Libertad de expresión? Pero lo triste viene cuando nos encontramos con este tuit tan respetuoso de Edu Galán, uno de los creadores de la revista Mongolia.

Y un no-menos-respetuoso Arturo Pérez Reverte (nuestro amigo, Arturo) le retuitea con el siguiente comentario:

Aluden a un artículo en el que no se encuentra la entrevista completa, sino un «spin off» de la misma, centrado en la crítica a Sabina que a algún periodista dentro de La Nueva España le ha parecido pertinente destacar. Y aquí viene cuando las redes prenden fuego echándose las manos a la cabeza por la crítica al poeta intocable y descalificando a Laura Viñuela. Y por supuesto, acusándola de aprovechar dinero público para una labor inútil, llamándola exagerada, y otros apelativos menos cariñosos.

El poeta intocable

La sensación que nos queda algunas es de incredulidad y asco. Se descalifica a aquellas personas que tratan de cuestionarse lo establecido. A las que realizan un análisis y un trabajo para evitar lacras como son la violencia de género o la discriminación racial. Se acusa con sorna a estas personas de «buscar los tres pies al gato», invitando al conformismo y la inmobilidad ¿De verdad alguien no puede entender que los mensajes de los productos culturales tengan consecuencias? ¿Por qué molesta tanto que algunxs intentemos evitar esas consecuencias?

¿Y por qué se termina jaleando a aquellxs que insultan, carentes de análisis y contexto, y emplean un lenguaje agresivo contra aquellxs que no comparten sus ideas (o que no han leído lo suficiente como para saber si las comparten o no)?

Otras críticas, se centraban en aquello de «lo importante VS lo superficial», es decir, ¿Qué hace ésta criticando canciones cuando X mujeres son asesinadas cada Y? Las feministas están perdiendo el norte. Y este argumento sí que no termino de comprenderlo, ¿compartiendo noticias de mujeres asesinadas en tu muro de Facebook consigues más que buscando el origen de la violencia de género para evidenciarlo y tratar de cambiarlo? (ojo, aquí el origen no es Sabina, dejemos este señor en paz, el origen es, entre otras cosas, el bombardeo de mensajes de amor romántico e irracional en los productos culturales) Aquellxs que comentan este tipo de cosas ¿qué hacen en su día a día para combatir esta lacra?

A medio escribir este artículo me encuentro con algo de luz en todo este embrollo. Entre la abrumadora y mayoritaria respuesta negativa al artículo de Viñuela leo este otro artículo su defensa en Jenesaispop. Me gustaría extraer esta cita del mismo, que condensa en otras palabras lo que quería desarrollar en este post:

Se ve que la ofensa es haber elegido una canción de Sabina, un artista teóricamente progresista al que no se encaja en el patrón misógino. Yo me pregunto, ¿habrían reaccionado igual si hubiera usado una letra de Alejandro Sanz? Parecen obviar el mensaje último y las intenciones de su taller: generar una reflexión y el espíritu crítico en adolescentes sobre posiciones aparentemente inocentes, cotidianas. ¿De verdad es eso tan “idiota”?

Raúl Guillén

Enhorabuena, Laura Viñuela, por tu trabajo. Ojalá consigas que las mentes de los estudiantes sean más críticas y positivas para su entorno que las de aquellos que disfutan el status de troll o simplemente no han hecho el esfuerzo de conocer aquellos temas de los que hablan.

Ale Castellano

 

 

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